sábado, 19 de septiembre de 2009

UN PASO : " DE LA GC HACIA LA PNP "

DE LA GUARDIA CIVI, A LA POLICIA NACIONAL

“ Solo encontramos inseguridad ciudadana “

Por : Mario Cabanillas Chavarry
Gral GC-PNP-Sociólogo-Mg Ciencias Políticas

Al proclamarse la independencia del Perú en 1821, es indudable que hubieron grandes intentos por desligarse del colonialismo, creando nuevas instituciones que sustenten la joven República, tales como la proyectada “ Guardia Nacional “ que intentó Bolivar en 1825 y que por intrigas políticas, militares, crisis y luchas intestinas por el poder no logró su consolidación; hasta que por fín en 1873 surge un oasis democrático ante el árido desierto de la maraña política, al ser elegido don José Pardo como primer Presidente Constitucional y con él la ascensión al Gobierno del poder civil; es justamente en este período en que recién se dió inicio a la formación de la Policía de la Republicana, creándose la “ Guardia Civil “ como la Policía de las ciudades y la “ Gendarmería “ del campo, desactivando los rezagos policiales del colonialismo como los serenos y otros

Estando aún con seis añitos de vida esta flamante Institución, se produjo la infausta guerra que nos declaró Chile y la Guardia Civil tuvo que salir en defensa de nuestra Patria junto con el pueblo y la Fuerza Armada, recordemos el fervor patriótico demostrado por el “ Batallón de Guardias de Arequipa “, cuyo sacrificio heroico de valerosos Guardia Civiles se pierde en el archivo empolvado de nuestro olvido, solo por gracia de Dios perdura el sello indeleble que nos marcó el “ Valiente de Tarapacá “ Inspector de Guardias Mariano Santos Mateo, quién en el fragor de la batalla arrebató un pabellón enemigo cubriendo de gloria al Perú y a la Guardia Civil. Una ves superado este nefasto período, solo vino para esta joven y noble Institución, una época de postergación, retrazo y marginación, largo tiempo que duró cerca de medio siglo, hasta que por fin el Presidente Augusto B-Leguía en 1921 con el apoyo de una misión española, decretó la segunda gran reforma policial, modernizando y reactivando la “ Guardia Civil “, la que bajo el lema “ El Honor es Divisa” y con la férrea disciplina de sus integrantes, pronto logró, orden, autoridad y paz en el territorio nacional, erradicando el bandolerismo y concediendo un buen servicio a la sociedad, reconocimiento que ha quedado impregnado en la mente y corazón de los peruanos, por lo que con orgullo sus legionarios la llaman“ inmortal”

Pero como siempre, la marea política pronto volvió a empañar al país con el cruento golpe de Estado del Comandante Sánchez Cerro en 1932, arrastrando a la Guardia Civil en su malsano antagonismo politiquero, calificándola de “ Guardia Pretoriana “ al servicio del dictador, persiguiendo y victimando a muchos de sus integrantes, cuyos nombres y tumbas simplemente han desaparecido; en esta situación se produjo el levantamiento del Partido Aprista, viéndose obligado el Gobierno de turno a recurrir a la Fuerza Armada y por ende a la Guardia Civil para develar el movimiento, con graves enfrentamientos entre peruanos, cuya recuerdos de sangre y dolor aún perduran hasta nuestros días. Luego vino algunas décadas de aparente calma para la Guardia Civil, aunque por ingerencias políticas pronto se visualizó una nueva modalidad en el manejo político de la institucionalidad policial, la que con la consigna de “ divide y reynarás “ produjo el desmembramiento de una de sus especialidades, creándose en 1,948 la “ Policía de Investigaciones “ con mayor cercanía a la cúspide del poder político, luego como elemento de estrategia disuasiva entre ambas, el militarismo impulsó a la “ Guardia Republicana “, hasta que en la década del 60 hubo cierta corrección de este rumbo, al equilibrar su status y denominárseles genéricamente como “Fuerzas Policiales “, buscando su unificación

A pesar de esta nueva estocada política, la Guardia Civil siempre a la vanguardia tuvo que enfrentarse nuevamente en 1965 al remolino social generado por una ideología foránea que bajo la consiga de la hoz y el martillo moscovita, pretendió imponernos por la violencia el comunismo castrista; ante el soslayo político del Presidente Belaunde que intentó pasarlos como simple abigeos, se produjo el sacrificio del Comandante Horacio Patiño y otros valerosos Guardia Civiles en el enfrentamiento de Púcuta, en el que con el apoyo de la Fuerza Armada se develó el movimiento; hechos que demostraron una ves mas la inquebrantable lealtad y sacrificio de los valerosos Guardia Civiles, cuyo fervor patriótico sacudió al Congreso de la República, concediendo a nuestra Institución por Ley 15605 el titulo de “ Benemérita “, alcanzando así el mas alto sitial de su reconocimiento, a la par de su similar en España. Es el caso que estando la Benemérita Guardia Civil aún en la luna de miel de su tan loable mérito, no pasó ni una década otra ves un cruento golpe de Estado truncó la vida democrática del País, encabezado por el Gral EP Juan Velasco Alvarado, período en que esta Institución se vio nuevamente envuelta en la marginación, humillación y degradación, sometiéndola al servilismo político y el abuso hasta en el propio Palacio de Gobierno; situación que llegó a su punto de quiebre con la huelga policial del 05 de Febrero en 1975, sentándose las bases para la caída de la dictadura militar

El tiempo corre y nos encontramos con la Asamblea Constituyente de 1979, cuyos legisladores incorporan constitucionalmente a las Fuerzas Policiales y le prescriben por primera ves una misión general, que marcaría el nuevo hito para el futuro de la Policía Peruana, al contemplar en el art.277 que su “ Finalidad Fundamental es el Orden Interno “, dándose así el primer paso para su real unificación y la superación de las intestinas rencillas funcionales, hasta que en 1988 se expidió la Ley 24949 que creó la “ Policía Nacional del Perú “ y que también fuera recogida en el art. 166 de la Constitución de 1993 en vigencia, quedando así expedito el camino para la consolidación institucional de la Policía peruana

El manejo que la política gubernamental dio al paso de las FFPP hacia la Policía Nacional fue nada menos que desastroso, a inicios del flagelo terrorista de SL un Guardia Civil alertó al país sobre los planes de este nefasto movimiento comunista, el recordado Gral JuanMalaguer Morales, recibiendo como respuesta del Ministro del Interior De la Jara y Ureta, su destitución del Comando de la Guardia Civil y del Presidente Belaunde su exilio dorado en una Agregaduría Policial en Washington; es así que SL tuvo el camino libre para dar inicio en Ayacucho al terrorismo armado contra el Estado y el pueblo peruanos; situación que se agravó al asumir el poder en 1985 el Presidente Alan García, quién abusivamente pasó al retiro a todo el comando de las FFPP, haciéndoles conocer tal vejación por TV u otros medios de comunicación; por su parte la secuela senderista implantó su época de horror, desgracia, y desesperación en el pueblo peruano, cuyos efectos desgarradores y desquiciados aún persisten en nuestros días

En 1990 asume el Gobierno el Presidente Alberto Fujimori, quién en alianza con el militarismo en 1992 da un contragolpe, desactivando al Congreso y promulgando leyes drásticas contra el terrorismo; el Comando Policial ante una nueva incertidumbre da una curiosa e inteligente orden, “ todo hecho terrorista que se conozca a nivel nacional debe pasar a la Dirección de Policía Contra el Terrorismo “ y esta Policía Especializada a su ves concentra Equipos calificados para seguir y detectar los pasos de los cabecillas del terrorismo, cuyos frutos pronto los conocimos con la captura del sanguinario A. Guzmán, dándose inicio a la derrota del senderismo; por esta época las FFAA aunque un poco tarde ya estaban también comprometidos en esta lucha y el Gobierno estableció los “ Estados de Emergencia “ a cargo de Comandos Militares, cuyos integrantes pronto se abrogaron atribuciones policiales, como, detención, interrogación, intervención en narcotráfico, etc, con desagradables consecuencias y efectos perniciosos que repercuten hasta la actualidad

Por otro lado ante el repliegue policial, los Municipios asumen en parte la función preventiva de seguridad policial y que hoy pretenden adueñarse en busca de poder municipal; por otro lado el Ministerio Público aprovecha este declive para lograr la titularidad de la investigación policial y los señores abogados sin conocimiento de criminología y técnicas de interrogatorio dirigen las investigaciones y por otro lado los militares también pretenden adueñarse del Orden Interno; pero esta situación no queda allí, sino que se expiden algunos dispositivos legales concediendo beneficios penitenciarios a los sentenciados, se prescribe libertad condicional para los delitos menores y faltas que tengan una pena no mayor de 04 años y otros casos de un simple arresto domiciliario; es así que nos encontramos hoy con una Policía casi sin funciones y atribuciones, permanentemente criticada, reorganizada y olvidada, cuyo destino desconocemos; es así que la delincuencia se encuentra a su libre albedrío, con un clima de inseguridad, desconcierto y desesperación, peligroso para nuestra sociedad y la reforma actual a donde apunta, a destruir valores, lemas, tradición e historia policial de casi dos siglos; seguimos viviendo la permanente inseguridad de nuestra policía y por ende un ambiente social de inseguridad ciudadana; ?para esto nos pasamos de la Guardia Civil a la Policía Nacional ?, que Dios nos proteja y nuestra Patrona Santa Rosa de Lima nos derrame sus bendiciones

Por lo expuesto, podemos concluir que en los 182 años de vida republicana ha quedado demostrado que en nuestro país, no hemos sido capaces de alcanzar un nivel cultural de las ciencias políticas y sociales, que nos permitan estudiar, comprender e interpretar, la real dimensión de la gran función policial del Estado, encomendada como finalidad fundamental a la Policía Nacional del Perú; el Poder de Policía mas parece un botín a repartirse entre los poderes del Estado, autoridades políticas, municipales, regionales, fiscalías, militares, etc; evidenciada con las periódicas “ reformas policiales “, que mas parecen juegos de ruleta con las Instituciones de Policía de nuestra Patria, manteniendo a la familia policial en la pobreza, incertidumbre y constante depresión moral, imposibilitando el reconocimiento de nuestra naturaleza profesional y el desarrollo de la ciencia policial que se requiere para su modernización y desarrollo, acorde con la especialización científica y tecnológica del mundo de la globalización

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